El Santuario Histórico de Machu Picchu es un ejemplo excepcional de integración armónica entre los componentes culturales y naturales que comprende esta área natural protegida por el Estado. Esta zona constituye un sitio que representa uno de los mayores logros urbanísticos, artísticos, arquitectónicos y de planificación del territorio.
También forma parte del más significativo legado de la civilización Inca que integró esta extraordinaria obra a un marco natural de excepcional belleza.
Por su ubicación en la confluencia entre la Amazonía y los Andes, el Santuario Histórico de Machu Picchu alberga una enorme diversidad natural y es refugio de especies amenazadas de fauna y flora útiles para la conservación y la ciencia.
Belleza natural
En un paraje de gran belleza, en medio de montañas y bosques con alta biodiversidad se ubica el Santuario Histórico de Machu Picchu, área natural protegida que desde hace 30 años está dedicada a proteger legalmente este refugio de especies de flora y fauna silvestres que en algunos casos se encuentran en vías de extinción.
En el ámbito del Santuario Histórico de Machu Picchu, que abarca 32,592 hectáreas, se encuentra la Ciudadela de Machu Picchu catalogada como la realización arquitectónica más asombrosa del Imperio Inca.
También se encuentran otros grupos arqueológicos entrelazados por el reconocido Camino Inca, que permite apreciar en su magnitud el desarrollo cultural y arquitectónico de la cultura inca a través de murallas, terrazas y rampas gigantescas que dan la impresión de haber sido esculpidas en las escarpaduras de la roca, como si formaran parte de ésta y el entorno natural que por su alta variedad es reconocida mundialmente.
El cañón y la cuenca hidrográfica del rio Vilcanota, hace que encontremos en el Santuario Histórico de Machu Picchu hasta 13 Zonas de Vida lo que permite la existencia de una biodiversidad característica que lo cataloga como una de las zonas más biodiversas del Perú por el total de especies registradas.



